Santiago Montoya es el personaje del mes
Santiago Montoya, exalumno promoción 1993, ha desarrollado su carrera principalmente en Londres y, desde hace algún tiempo, en su nuevo estudio y residencia de Miami.
Está preparando su nueva exposición, Pulp Fiction, que será exhibida por la Halcyon Gallery de Londres; forma parte de un trabajo de investigación y reflexión en torno al concepto de valor, que comenzó en 2007 con la serie titulada La Gran Estafa.
Tuvimos la oportunidad de hablar con él y esto fue lo que nos contó:
¿Desde cuándo sabias que querías ser artista?
Desde los 8 años empecé a tomar clases de pintura cuando vivía en la isla de Providencia. A los 12 ya sabía que era lo que quería hacer.
¿Por qué y para qué el arte?
No sé, yo me pregunto de vez en cuando lo mismo. Dudo que llegue algún día a una conclusión. Y en realidad espero nunca hacerlo.
¿Cuáles han sido los principales retos que has tenido que afrontar a lo largo de tu carrera?
Para ser artista hay que perseverar y hacerse cada vez más fuerte ante las frustaciones. En esto del mundo del arte, están a la vuelta de cada esquina. – Es lo que Nicolás Taleb denomina antifragilidad.
¿Volverías a Colombia?
Estoy feliz donde esté: en Colombia, en Londres, en Miami. Sin duda sería muy feliz si regresara. Si allá está mi trabajo, regresaría, claro. Tengo mi casa y mi estudio en el Quindío, en un lugar maravilloso. Así que trato de pasar unas semanas al año allá también.
¿Cuál ha sido tu obra favorita?
¿Producida por mí? Unos dibujos que hice con lápices de colores cuando aún estaba en el colegio. Los perdí y es una lástima. Pero los tengo gravados en mi memoria…
¿De otro artista? una pequeña pintura de un bosque que ví el Guggenheim hace mil años. Era de Klimt.
¿Cuál sería tu mensaje para los jóvenes que aspiran a ser artistas?
Muchos y ninguno, porque la experiencia de cada artista, como cualquier persona, es única e irrepetible. Sencillamente, que crean en su intuición a pesar de que el medio los quiera adoctrinar de hacia donde deben ir y qué deben hacer. En el medio del arte hay mucha menos libertad de la que uno se imagina. Como dicen por ahí, no es exactamente un ‘paseo por el bosque’.
Háblanos de tu actual proyecto
Sigo investigando el dinero como medio, y a la vez llevo más de 10 años preparando una serie titulada Painting for the Masses. Es sobre el control de la realidad por los medios masivos de información.
Preguntas rápidas
¿Cuál es su palabra favorita?
Camila y Simón.
¿Cuál es la que menos le gusta?
No.
¿Cuál es el sonido que más recuerda del colegio?
Supongo que el último timbre del día.
¿Cuál es olor que más recuerda del colegio?
El frío de la mañana.
¿El profesor/a que más recuerda?
Hubo siempre mucha gente muy especial. María Teresa Nieto me regalaba su clase de arte para hacer lo que yo quisiera. Por eso estoy muy agradecido. Y las clases con Mireia, eran una nota.
¿Cuál fue su materia favorita?
Supongo que la época en que hubo vocacionales y teníamos nuestro grupo de rock: Octubre. Esas fueron muy buenas épocas. Hice una profunda amistad con Manuel Busquets, Jorge Rey y Miguel Palacios.
¿Quiénes eran sus mejores amigos?
Los de arriba. Y también Camilo Cristancho y Bibiana Lloreda. Pero toda la gente de mi curso fue siempre muy especial. Los recuerdo a todos con mucha admiración.
¿Cuál era su lugar preferido en el colegio?
Donde fuera que pudiésemos tocar con nuestro grupo de rock. Y las clases de arte con María T., claro.
¿Sino fuera artista que sería?
Pescador. Pero he sido muchas cosas. Como los gemelos fantásticos. Cuando se es artista hay que ser ‘un artista’.
¿A quién le gustaría ver cómo personaje del mes?
A gente emprendedora, que se hecha el mundo al hombro, y a pesar de haber perdido, se levanta otra vez a construirlo desde ceros. Esos son los héroes que -sin medallitas- sirven de Atlas, y desafortunadamente suelen pasar desapercibidos. Esos se nos escapan siempre en los titulares.
