Camilo Hoyos Gómez es nuestro personaje del mes

 ¿Qué has hecho desde que te graduaste del Colegio?

Desde que me gradué del colegio en 1997, he sido sobre todo profesor de literatura, en todas sus variedades: de colegio, de universidad, de maestría, en grupos de lectura y como capacitador y formador de gestores y formadores de lectura distritales. Al graduarme del colegio entré a estudiar literatura en la universidad de los Andes; cuando me gradué de allí, fui profesor de literatura en inglés del Colegio Tilatá durante dos años, y luego viajé a Barcelona para realizar un Doctorado en Humanidades (Arte, Literatura y Pensamiento) de la Universitat Pompeu Fabra. Viví en Barcelona nueve años, donde escribí mi tesis doctoral, fui profesor universitario y trabajé en distintas editoriales. Regresé y dicté clases de literatura en la Universidad de los Andes, en la Universidad Javeriana y en el Instituto Caro y Cuervo, del cual más tarde fui Subdirector Académico durante dos años y medio. Eso fue hasta el 2016. Desde entonces estoy dedicado íntegramente a la Fundación Gratitud, que es la fundación del cantante Fonseca.

¿Cómo llegaste a la Fundación Gratitud?

Desde siempre con Fonseca quisimos trabajar conjuntamente en temas relacionados con arte y cultura, y desde hace unos cinco años comenzamos a darle vueltas a la idea de crear su fundación. A lo largo de su carrera musical Fonseca siempre le ha dejado un importante espacio a su trabajo social, así que consideramos importante que fuera a través de su propia fundación que canalizara todos sus esfuerzos. Teníamos un propósito claro: ayudar a las personas a que aprovecharan más y mejor el arte y la cultura en sus vidas íntimas, personales y emocionales. Desde el principio nos interesó que las personas se relacionaran con el arte y la cultura para mejor comprenderse a ellos mismos y a los demás. ¿Cómo hacer para que una comunidad tuviera la posibilidad de relacionarse así con el arte y la cultura? De una manera: apoyando a sus gestores y emprendedores culturales, que son quienes procuran espacios sociales y emocionales a través de las prácticas culturales que resultan determinantes en la salud de una comunidad.

¿Qué es el emprendimiento cultural?

El emprendimiento cultural es un proyecto cultural, una idea de negocio, empresa u organización que a través de un modelo sostenible busca la muestra, creación, circulación y/o comercialización de productos culturales. Estos proyectos resultan fundamentales dentro de las comunidades ya que en muchos casos representan procesos de recuperación, documentación y transmisión de la memoria social. Por esto para nosotros el emprendimiento cultural, que por lo general lo lleva a cabo un emprendedor o un gestor cultural o líder social, es fundamental en la medida en que se encarga de unos procesos de cohesión social y de restructuración de tejido comunitario que apelan a nuestra identidad cultural. Queremos que nuestros emprendedores y gestores consigan ser sostenibles económicamente en sus trabajos y así fomentar el acceso al arte y la cultura como herramienta de transformación social y sanación emocional.

¿Cuál es el rol de un gestor cultural?

Un gestor cultural, o agente cultural, es por lo general un líder comunitario que impulsa procesos culturales basados en la circulación, producción o creación de tradiciones y prácticas culturales cuyo foco es el trabajo con la comunidad. Para nosotros es un actor muy importante porque es el responsable de ofrecer espacios en los cuales la comunidad encuentra cohesión y contención a través de lenguajes artísticos. De allí que uno de los propósitos de la Fundación sea el de apoyar y asistir técnicamente a estos actores sociales. Hacer de su trabajo una actividad sostenible desde lo económico, para así garantizar la permanencia de estos espacios.  En la actualidad apoyamos a cuatro gestores: Andrea de Francisco, de Latin Latas, que hace lutería urbana; Fernanda Blanco, de la agrupación Feback, que sostiene una casa de cultura en Usaquén donde trabaja la prevención del consumo, embarazo temprano, etc. a través de la música y la poesía; Gustavo Colorado, Don Gu, que es un lutier y profor de música patrimonial de los ritmos tumaqueños; y por último Ángel Salazar, de la agrupación Todo Copas, que apoya a los jóvenes a salir de las calles a través el hip-hop.

Cuéntanos sobre los proyectos de la Fundación Gratitud. ¿Cómo trabajan y qué buscan?

La Fundación Gratitud fue creada en 2017 y tiene como misión fomentar el acceso al arte y la cultura como herramientas de bienestar emocional y transformación social desarrollando un modelo sostenible y replicable. Nuestros objetivos organizacionales son promover el acceso al arte y la cultura a través de procesos artísticos – culturales; fortalecer las capacidades de los gestores culturales para transformar la sociedad; demostrar que el arte y la cultura son capaces de sanar emocionalmente; e identificar e intervenir contextos en los que el efecto sanador de la cultura y el arte se pueda maximizar.

Nuestro proyecto inicial se desarrolla en tres Casas de Juventud (Fontibón, Bosa y Mártires) y tiene como objetivo disminuir el desempleo en los jóvenes entre 18-30 años que asisten a las casas a través del fortalecimiento de los espacios de jóvenes, mediante el uso de experiencias artístico-culturales que generen herramientas para el desarrollo social de los gestores-emprendedores. Buscamos que los jóvenes desarrollen competencias sociales-personales a través de talleres artísticos y culturales, fortalecer los procesos e iniciativas de emprendimiento cultural que se desarrollan en la localidad y consolidar una red de emprendimientos culturales locales.

Para más información, consulte Talleres Fundación Gratitud- La cultura como bienestar

¿Qué papel juega Fonseca en todo esto?

Fonseca participa en todas las operaciones y toma de decisiones de la Fundación. Está pendiente de los talleres, de los proyectos, y de las proyecciones de nuestro trabajo. La fundación tomó su nombre de la canción “Gratitud”, del disco que lleva el mismo nombre. La canción es un canto agradecido a todo lo que la música le ha dado, y no hay mejor manera para agradecer que cantando. Así es que a través de la fundación, Fonseca quiere hacer tangible ese agradecimiento, apoyando a emprendedores que busquen impactar socialmente a través de sus emprendimientos.

¿Cómo pueda aportar la comunidad de exalumnos a esta Fundación?

Creemos que la cultura no debe entenderse desde la filantropía sino desde el emprendimiento: es decir que queremos demostrar cómo la cultura provee servicios. Al interactuar con el arte no solamente usamos la imaginación: también desarrollamos competencias sociales y comunicativas como la empatía, la tolerancia y la inclusión. Partiendo de esta base, ofrecemos talleres y capacitaciones para mejorar climas laborales en empresas a través de experiencias con música, pintura y literatura. Con estos recursos podemos apoyar a más gestores y emprendedores en Bogotá y en el resto del país. Así es que, si nos quieren apoyar, confíen en que el arte y la cultura nos ayudan a mejor enfrentar los retos emocionales con los que nos enfrentamos día a día y contraten nuestros servicios. La pasaremos muy bien.

Si quieren conocer más, la página de la fundación es:  www.fundaciongratitud.com y mi correo es c.hoyos@fundaciongratitud.com.

Preguntas rápidas:

¿Cuál es tu palabra favorita?

Efímero

¿Cuál es la que menos te gusta?

Cizaña

¿Cuál es el sonido que más recuerdas del Colegio?

El timbre del recreo del almuerzo

¿Cuál es olor que más recuerdas del Colegio?

Las aromáticas que siempre ofrecía Susanita ante dolores físicos.

¿El profesor/a que más recuerdas?

Michael Kennedy y Mireia Fornaguera

¿Cuál fue tu materia favorita?

Las de los profesores que más recuerdo

¿Quiénes eran tus mejores amigos?

Los mismos con los que hoy en día comparto muchas cosas.

¿Cuál era tu lugar preferido en el Colegio?

La biblioteca y cualquier lugar verde.

¿A quién te gustaría ver cómo personaje del mes?

Andrés Moya o Juan Andrés Ospina.