Juan Andres Ospina es nuestro personaje del mes

Juan Andrés Ospina (1997) nos cuenta su recorrido como músico y nos cuenta cómo vive con un estilo nómada guiado por sus gustos y proyectos.

¿De dónde viene el gusto por la música?

Definitivamente de mi papá. Es un músico impresionante y súper talentoso que aprendió todo de manera empírica, toca la guitarra y tiene un repertorio interminable de canciones (y las que no se sabe las saca de oído), canta, toca acordeón, piano, algo de violín. No estudió música porque en su momento esa no era una opción, pero su vida siempre ha estado llena de música (¡no por nada sus cuatro hijos somos todos músicos!).

¿Cuándo comenzaste a estudiar música?

En realidad en mi casa siempre hubo un ambiente muy musical, se cantaba en todas las reuniones familiares, había diferentes instrumentos en mi casa, mi papá y mis tíos tocaban diferentes instrumentos. En los últimos años del Colegio me aficioné mucho al piano y tocaba todo lo que podía en mi tiempo libre; armamos un grupo acapella con mi hermano y otros amigos; toqué en la orquesta de Jairo, etc. Sin embargo, realmente no fue sino hasta que me gradué en el año 97 que empecé a estudiar música formalmente y me metí de lleno en esto, cuando entré a estudiar música a la Javeriana. Mi hermano Nicolás se salió del colegio antes que yo (a pesar de ser un año menor), y entró a la Javeriana directamente… y tengo que admitir que ver el progreso acelerado que empezó a tener cuando se empezó a dedicar por completo a la música me motivó mucho a embarcar este camino también.

¿Qué has hecho desde entonces?

En la Javeriana estuve solo tres semestres, y luego me fui a vivir a Barcelona con mi familia. Ahí estuve cinco años, durante los cuales estudié muchísimo por mi cuenta, asistí a todos los conciertos que pude, y fui alternando materias que hacía en una escuela de jazz y en otra de música clásica; en ese momento no había universidades en España con programa de música, por lo tanto yo mismo me fui creando mi propio pensum a partir de lo que más me interesaba. Fueron años en los que crecí mucho como músico, pero también fue un tiempo muy solitario, en los que eché mucho de menos la vida universitaria. Por esa época me presenté a una audición en Barcelona, en la que me gané una muy buena beca para estudiar en Berklee College of Music en Boston, y al año siguiente volví a hacerla y me la subieron más. Volví a Bogotá, di clases en algunas universidades, toqué con diferentes proyectos, y al año me fui a Boston. En Berklee estuve cuatro semestres y terminé el programa de “Jazz Composition”, aunque más allá del programa en sí debo decir que lo que más valoro de esa época fue el haber conocido a muchos musicazos de todo el mundo que hasta el día de hoy siguen siendo amigos y colaboradores cercanos, y el haberme sacado la espinita de haber aprovechado un poco más la vida universitaria.

 

En Boston me quedé un año más, y ahí grabé mi primer disco “BBB: Barcelona, Bogotá, Boston”. Luego me mudé a Nueva York, aunque en realidad lo que acabó pasando fue que inicié una vida nómada en la que comencé a vivir por temporadas en diferentes lugares según los proyectos que iban saliendo (giras, discos, producciones). Y aunque pude haberme quedado quieto en Bogotá dictando clases en alguna universidad, me atraía mucho más perseguir proyectos artísticos que me interesaban; la comodidad de lo estable al final siempre me acaba por incomodar, y personalmente siempre he preferido irme por el camino más aventurero y desconocido. He viajado por todos lados tocando y haciendo música desde entonces.  

¿Tu recorrido por la música ha sido con qué instrumento?

Mi instrumento principal ha sido el piano… y sin embargo por interesarme tantas cosas en la música, he acabado diversificando un montón mi trabajo musical. He producido discos; he escrito arreglos para big band, orquesta sinfónica, cuartetos de cuerda, ensambles vocales, formatos de jazz; he compuesto música para cine; canto y escribo canciones; toco algo de guitarra, trompeta, armónica; tenemos un dúo con el que componemos y cantamos canciones humorísticas con mi hermano Nicolás; dicto cursos de improvisación vocal y música en general, etc. Hago de todo, y sin embargo en nada soy un experto, pues mi oficio diario va cambiando según los proyectos que surgen y mis intereses musicales. Y a pesar de que a veces esto resulta muy confuso, me gusta el vértigo de tener que estar enfrentando situaciones nuevas todo el tiempo, y de tener que estar constantemente aprendiendo y replanteando la manera de hacer las cosas sin encasillar mi trabajo. Ha sido muy interesante poder encontrar maneras de expresarme a través de tantas y distintas ópticas creativas.

Hablemos sobre una experiencia en particular que haya sido muy gratificante

En el 2018 me invitaron a Alemania a dirigir mi música con una de las big bands más importantes de Europa, la WDR big band. Fue un reto enorme tener que asumir el rol de director frente a estos músicos que llevan tantos años tocando juntos y que están acostumbrados a grandes directores de todo el mundo trabajando con ellos. Aprendí un montón, y a pesar de los momentos duros que pasamos durante el montaje, el concierto final fue espectacular.

¿Qué es una big band?

Una big band es un tipo de ensamble que surge durante los años del swing en Estados Unidos durante los años 40s, y que permanece hasta hoy en día como un formato convencional. Consta tradicionalmente de cuatro trompetas, cuatro trombones, cinco saxofones y sección rítmica (piano, guitarra, bajo y batería). Yo también me asomé en este universo y en el 2018 saqué mi disco “Tramontana”, un disco con música mía escrita para big band en el que tuvimos como invitado al gran Paquito D’Rivera.

¿Cómo funciona el mundo de la música en términos de ingresos y retribución por el trabajo?

La industria de la música es muy grande, y por lo tanto es difícil generalizar: un músico puede ganarse la vida haciendo jingles para comerciales, tocando en una banda, componiendo para cine, dando clases, tocando en eventos, produciendo canciones, etc. Y así como es de grande igual son de disparatados los números que maneja… a veces uno puede acabar perdiendo plata en un proyecto increíble, y luego recuperándola en algo que por ahí no tiene mayor importancia. Para mí lo más importante es el valor artístico que tiene para mí las cosas que voy haciendo, pues ese no me lo quita nadie independientemente de lo que ocurra económicamente hablando. Por eso solo me embarco en proyectos que me gusten y tengan un significado para mí!

Pensando desde lo local ¿cómo funciona la música en Bogotá y en Colombia?

Bogotá es una plaza interesantísima en donde se cocinan todo tipo de propuestas musicales. Hay todo tipo de festivales, de todo tipo de música y para todo tipo de gente: desde los enormes más comerciales hasta otros pequeños de escenas quizás más alternativas o independientes. Además Bogotá es un lugar en el que se encuentran muchísimas músicas del país, y en donde podemos escuchar y aprender de exponentes muy importantes de las diferentes músicas folclóricas de Colombia. La música es un lenguaje universal, y a través de ella podemos acercarnos a diferentes maneras de vivir, de pensar y de concebir el mundo; creo que es sin duda un elemento clave para construir paz y tolerancia.

Junto con Nicolás tu hermano participaron en el evento de celebración de los 40 años del Colegio el pasado mes de noviembre. Hicieron un recuento cómico musical que hizo reir y recordar a los asistentes. ¿cómo fue esta experiencia y cómo se monta este tipo de presentación?

Con Nicolás creamos nuestro dúo “Inténtalo Carito” luego de que la canción que compusimos “Qué difícil es hablar el español” se hiciera viral en el año 2012. Desde ahí hemos seguido trabajando por temporadas en este proyecto en el que nos damos todo el gusto haciendo juegos de palabras y poniendo en práctica todo lo que nos gusta hacer en la música: cantamos, hacemos juegos vocales, tocamos diferentes instrumentos, y nos reímos mucho haciendo canciones en las que nos burlamos de temas cotidianos. Ser parte de la celebración de los 40 años del colegio fue muy lindo, y habernos podido reunir nuevamente con profesores que fueron tan queridos para nosotros fue realmente muy especial. Habíamos planeado cantar nuestro bolero “¿Afta cuándo?”, pero cinco minutos antes decidimos cambiarla por “Me suena de algo tu cara” (¡no podíamos hacer otra después de haber saludado a tanta gente a la entrada de la que no nos acordábamos del nombre!)

 

Las personas interesadas en conocer más en detalle el trabajo de Juan Andrés pueden visitar su página web: https://jaospina.com/ y también lo pueden seguir en:

https://www.youtube.com/juanospinamusic

https://www.instagram.com/juanospinamusic

https://www.facebook.com/juanospinamusic

Preguntas rápidas:

 ¿Cuál es tu palabra favorita?

Música

¿Cuál es la que menos te gusta?

Fanatismo

¿Cuál es el sonido que más recuerdas del Colegio?

El de la sirena que anunciaba el inicio y el final de los recreos

¿Cuál es el olor que más recuerdas del Colegio?

El del pasto recién cortado

¿El profesor/a que más recuerdas?

Muchos… Libardo, Matthew Fishbane, Mireia.

¿Cuál fue tu materia favorita?

Me encantó ver filosofía con Hans Jacobsen

¿Cuál era tu lugar preferido en el Colegio?

El gimnasio

¿Quiénes eran tus mejores amig@s?

En los últimos años fueron Andrés Moya, Martín Contreras, Juan Pablo Beltrán, Camilo Hoyos, Nicolás Van Hemelrijck, Tatiana Samper

¿Podrías decirnos una cosa que hayas aprendido en el Colegio y que pones en práctica en tu día a día?

Soy muy quisquilloso con la ortografía y la manera de escribir

¿Hay algo que te hubiera gustado aprender en ese tiempo y no tuviste la oportunidad?

Me habría gustado tener mucho más tiempo para dedicarle a proyectos creativos y a aprender música

¿A quién te gustaría ver como personaje del mes?

Martín Contreras